Cascabel, el gato de Santa Claus
Santa Claus estaba contento esa tarde, tenía todo preparado para salir, como todos los años en Nochebuena, a repartir regalos a todos los niños del mundo.
Tan ocupado estaba llenando de juguetes todos sus sacos, que no se dio cuenta que su gato Cascabel sin decir ni miau se había acurrucado en un rincón de su trineo y como se durmió enseguida no tuvo oportunidad de bajarse antes de que Santa empezara su viaje.
El gato Cascabel se despertó helado de frío y ya que no tenía ningún sitio donde ir, estaba demasiado alto como para poder bajar, decidió meterse en uno de los sacos en el que había unos muñecos de peluche y se estaba muy calentito.
En la primera casa donde Santa Claus bajó a dejar regalos a dos niñas que ese año se habían portado regulín, Cascabel se despertó y sin que Santa se diera cuenta salió a rascarse la uñas en la alfombra del salón y a beberse la leche que le habían dejado la niñas a Santa Claus.
Como era muy curioso y muy glotón se paseó por toda la casa en busca de algo más de comida. Al no encontrar nada le llamaron la atención las bolas que decoraban el árbol de Navidad y se puso a jugar con ellas. Mientras tanto Santa Claus que era muy trabajador y tenía un contrato que cumplir para entregar todos los regalos a tiempo esa noche se marchó corriendo sin saber que se había dejado a Cascabel en la casa.
Cuando Cascabel se percató de que estaba solo, fue a buscar a Santa Claus y vio que no estaba , se asustó un poco, era un gato un poco cobardica, y estaba tan nervioso que el corazón le latía a doscientos por hora y como sabéis eso para un gato es demasiado.
Está tan estresado con la situación que coge depresión momentánea y no sabe qué hacer.
En un momento de lucidez se le ocurre que puede buscar a Santa Claus en las casas vecinas y se marcha tan contento con su plan. Pero su plan no le sale nada bien, en todas las casas en las que se para a mirar por la ventana ve que todos los regalos están colocados en sus calcetines. –Santa trabaja demasiado deprisa!- dice el gato, a este paso no sé si podré alcanzarlo!.
Cada vez más desesperado vaga por las calles sin sentido cada vez más triste. Sin pensarlo acaba entrando en un zoo donde se encuentra a muchos animales.
– Buena noches, le dice amablemente a una leona que está durmiendo, ¿puedes ayudarme?, estoy buscando a un señor muy gordo que viste unos pantalones y una chaqueta de color rojo y que dice todo el rato OHOHOHOH…
-¿Quieres dejarme dormir?, ¿Por qué me has despertado?, yo no he visto a nadie!!.
– Jolín que mal educada eres!. Voy a preguntar a los demás a ver si tengo más suerte- Piensa Cascabel.
Pero no tiene suerte, los monos no han visto nada, las avestruces tampoco, y tampoco tiene suerte con el resto. Llevaba recorrido ya medio zoo y preguntado a todo el que encuentra en su camino cuando ve a unos renos que estaban cenando.
-Ostras, !que suerte he tenido!, !estos seguro que saben algo de Santa!. ¿Chicos, habéis visto a Santa esta noche?, !es que lo he perdido y no lo encuentro!.
-Pues yo no sé nada, ¿has visto tú algo Flora?.
-No, no le he visto, pero creo que a Pepe le he oído esta tarde hablar de ese señor. Voy a llamarlo.
-Ay… por favor que este reno me pueda ayudar…, que si no estoy perdido- ruega Cascabel.
-Buenas noches señor gato, me han dicho que está usted buscando a Santa Claus, ¿me equivoco?.
-No, y ya estoy desesperado y no se que hacer!.
– No se preocupe, tengo un primo que me dijo el otro día que le habían hecho un contrato eventual para trabajar con Santa Claus esta noche. Voy a llamarlo que estoy seguro que lleva encima su iphone.
Se ponen en contacto con el reno primo de Pepe y por videoconferencia ve a Santa Claus y respira tranquilo.
Desde la otra punta del mundo Santa tiene que dar la vuelta y pasar a recoger a su gato y claro pierde parte de la noche, por lo que ese año Santa Claus por primera vez en su vida reparte los regalos tan tarde que no cumple con su contrato y están a punto de despedirle.
Menos mal que Cascabel explicó que toda la culpa había sido suya y al final todo quedó aclarado y el año que viene Santa Claus volverá a todas las casas para llevar regalos a todos los niños que se hayan portado bien.
Autor: S. García
Palabras clave: navidad, nochebuena, regalos, renos, santa claus
2 Respuestas para "Cascabel, el gato de Santa Claus"
Hola:
Me encanta tu cuento, a ver cuando escribes más. Tengo una duda muy grande. Si a papa Noel no le dió tiempo a repartir los regalos ese año ¿ Que pasó con los pobres niños ? Seguro que fue el año que no me trajo nada a mi. Un beso.
Está la cosa como para perder el curro, pobre Santa…. Feliz Navidad