Historia del Cava
Aunque Virgilio, en la Eneida, ya mentó una “copa de espumoso”, la leyenda señala que el champagne nació en la región que le da nombre, de la mano de un monje de la abadía de Hautvillers, el monje Dom Pierre Pérignon creador del método champenoise, por el que se obtienen vinos espumosos que contienen gas carbónico. Él fue quien impuso el corcho como tapón (vida de la burbuja) y la botella, que tuvo forma de manzana hasta que su evolución la convirtió en la pera actual. Sin embargo, estudios recientes, realizados por investigadores franceses, atribuyen su creación a los ingleses como ocurrió con el Oporto, el Jerez, el Renania, el Madeira y el Burdeos.
A pesar de que se afirma que Espartero descorchó una botella de espumoso en una bodega de la Rioja, se acepta que en nuestro país el champán, cuyo nombre habría de cambiarse por cava, nació de la mano de Joseph Raventós y Fatjó, que en 1872 hizo saltar el primer tapón. Actualmente, España produce más de 130 millones de botellas, el 99% de ellas proceden de Cataluña.
Hoy en día, se elabora cava en diversas regiones españolas. La expansión internacional ha llegado hasta China y Rusia y compite, sin complejos, con los champagne franceses.
La razón de tener que cambiar la denominación de Champán por la de cava se debe a que en 1883 España firmó un acuerdo en París, que después se ratificó en Madrid (1891), La Haya (1925) y Lisboa (1958) según el cual, sólo se puede llamar champagne al que hacen los franceses en la Champagne siguiendo el método champagné. Lo curioso es que el resto de países (norteamericanos, chilenos, etc.) que no firmaron tal acuerdo puede hoy elaborar vinos espumosos con esa denominación.
Fuente: Terra.es
Palabras clave: cava, champagne, navidad, tradición